Las cooperativas, como empresas sociales, somos parte de la cadena de producción y trabajo, como cualquier otra empresa aunque a veces se tenga una consideración errónea de ellas.
Pero no somos cualquier empresa. Somos empresas que se preocupan por incorporar a sectores de la sociedad quizás excluidos a esquemas de trabajo digno y colectivo. Y se hace una incorporación integral de lxs trabajadxs al circuito productivo, mediante la organización, la formación, la participación y el protagonismo de ellxs en la construcción de dicho esquema.
El cooperativismo de trabajo es una opción superadora al desempleo y a la informalidad. Una forma digna de integración social e incorporación a la vida productiva de millones de compatriotas que, juntamente con Pymes y producciones regionales, constituimos el tejido productivo y social que va a sacar adelante la economía del país.
Las cooperativas nos enmarcamos en el esquema de la economía social donde la centralidad de la vida y la naturaleza guían el proceso económico.
Somos un actor importante en ese entramado que discute y, por qué no, disputa poder con la economía de mercado para ser cada vez más central y menos periférica. Además, como ya lo dijo Perón, el cooperativismo “es el único que nos puede ayudar a barrer definitivamente los monopolios”.
Transformar la realidad, es en nuestro principal objetivo y lo hacemos al mejorarla vida de lxs trabajadorxs y contribuir a la construcción de una Patria Justa, Libre y Soberana